Me llamó ayer una chica con una voz muy sensual diciéndome que vendía coches y que era una oportunidad única. He de reconocer que la chica tenía una técnica muy depurada para la venta y que logró convencerme casi sin dirigir la vista al coche.
Finalmente, cuando logré centrarme en la realidad, me dí cuenta que con mi sueldo y con la hipoteca ese coche no estaba a mi alcance.
Pero la chica me ofreció que diéramos una vuelta en el coche y que tomásemos una copita el sábado por la noche.
Buen fin de semana a todos.
viernes, 29 de febrero de 2008
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8 comentarios:
A mi los coches no me apasionan nada...
Vamos, que no me he fijado en el deportivo y mis ojos se centraban en la gloriosa fémina de rubia cabellera...
Vamos, que tú también te hubieses dado la vuelta en el Mercercedes con la señorita...
Jajajaj ayy chicos!!, os pierden las curvas y la velocidad..
Y supongo que el coche pues tampoco os desagrada jajaj que bichos...Besosss
Pasión íntima, aciertas incluso en el orden: las curvas y la velocidad.
Un besito
Ah, la amiga Lia, un poco mas rellenita y hace tiempo que dejó atrás los 19.
Los 19 ya le pasaron hace bastante tiempo...aunque menos que a mí.
A mi, con zETApé, me hubiera pasado lo contrario: no hubiera quitado los ojos del coche para buscar dónde estaba la trampa.
je, je piru. Eso está clarísimo...
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